El Producto cárnico en el hogar
La compra de cualquier producto plantea problemas de elección porque el consumidor se siente en ocasiones defraudado, y este grado de sensibilidad ha traído como consecuencia una mayor exigencia cuando puede estar en juego la salud. Todo ello ha dado lugar a un esfuerzo legislativo y de atención por los servicios sanitarios, del que sin duda, en el caso de las carnes es el propio sector beneficiario y en cualquier caso siempre es el consumidor.
Las carnes pueden presentarse en el mercado de una manera convencional, como:
Las Frescas.-
Que son aquellas que sólo han sufrido manipulaciones propias del ganado y preparaciones previas a su distribución y cuya temperatura de conservación no sea menor de 0ºC.
Refrigeradas.-
Aquellas que han sufrido la acción del frío industrial a temperatura y humedad adecuadas hasta alcanzar en la masa muscular profunda una temperatura ligeramente superior a la de 0ºC.
Congeladas.-
En las que se consigue en el interior de la masa muscular una temperatura de -12ºC. A 18ºC. según especie y tiempo de conservación previsible.
En cuanto a la composición, existen diferencias interesantes que se deben conocer entre ejemplares de vacuno jóvenes y vacuno mayor, y así mientras la carne de vacuno tiene relativamente poca grasa, la del vacuno mayor puede llegar a mas del 28% y en el cerdo al 55% el porcentaje de agua es bastante superior en la ternera y en el vacuno baja de forma de forma inversa al aumento de grasa.
nutrientes que nos aportan:
Todas las carnes están englobadas dentro de los alimentos proteicos y nos proporcionan entre un 15 y 20% de proteínas, que son consideradas de muy buena calidad ya que proporcionan todos los aminoácidos esenciales necesarios.
Son la mejor fuente de hierro y vitamina B 12.
Además nos aportan vitaminas del grupo B, zinc y fósforo.